martes, 24 de diciembre de 2013

Estado Laico


Estado Laico


Correos de Opinión en La Tercera

23 de Diciembre 2013

Señor director:
En la construcción de la sociedad se confunde “laicidad”, propia de un Estado  laico,  con  “laicismo”. Ambos conceptos no son lo  mismo.
La laicidad manifiesta el mutuo  respeto  y  autonomía entre las confesiones  y los  poderes del  Estado.
El  laicismo, por el contrario,  significa una hostilidad o indiferencia contra la religión, cualquiera que sea. Así, al  hablar de laicidad en su sentido excluyente y equívoco  se expresa una visión no creyente de la vida en el pensamiento, la ciencia, la ética y  la política, confundiendo a  la  sociedad y presentándose  como el emblema fundamental de la posmodernidad.  Lo anterior no deja indiferente, ya que el Estado  laico respeta la confesionalidad independiente de su  origen.
Pero el Estado laicista no, excluyendo la dimensión creyente de la educación, la familia, el trabajo,  la  salud,  etc.
De  tal  manera  que  el  derecho  a  la  vida,  el matrimonio entre un  hombre y una  mujer, la  muerte  natural  y  otros   aspectos de  la agenda valórica quedan borrados de plano.  
En conclusión, se presenta  una disyuntiva falsa: ¿aceptar la realidad o ignorarla?  La respuesta no resuelve el  problema.  Al  contrario,  juega entre supuestos presentados como absolutos y excluyentes.
Pero la vida nos  muestra que con la razón y también con la fe el hombre  es capaz de responder al desarrollo de la persona y la  sociedad de manera integral.
Una visión humanista y cristiana permite una sociedad respetuosa de los derechos humanos  y de las libertades fundamentales, donde el Estado  cumple su rol, pero no de  manera totalitaria como  ocurre en algunos gobiernos  de A. Latina y el  mundo.

Fco. Javier Astaburuaga O.

 http://diario.latercera.com/2013/12/23/01/contenido/opinion/11-154053-9-estado-laico.shtml


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Respuesta
24 de Diciembre 2013

Señor director:

La RAE es muy clara en su definición de laicismo: “Doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente del Estado, respecto de cualquier organización o confesión religiosa”.

Esto deja claro que el laicismo no busca, bajo ningún punto de vista, atacar a una religión en particular ni a sus fieles. De hecho, el respeto por la confesionalidad siempre ha estado y estará, en cuanto es parte de las libertades de conciencia y pensamiento que se buscan.

Al contrario de la visión absolutista que pretende difundir Fancisco Javier Astaburuaga, el esfuerzo laicista está dirigido justamente a la búsqueda de una sociedad pluralista, donde ninguna doctrina pueda ser impuesta.

Más aun, la acción laicista ni siquiera está dirigida al clero, sus doctrinas ni sus representantes, sino hacia los poderes políticos y económicos que son los que, en rigor, norman la sociedad. Es en esas instancias donde el acento debe estar, pues cuando la religión, mayoritariamente cristiana en este lado del planeta, se introduce en estos asuntos es cuando se falta el respeto a la libertad y la conciencia humana, imponiendo sesgadas y extemporáneas visiones del rol del hombre en la Tierra, además de arrogarse la propiedad de ciertos valores.

Como sociedad, ayer se avanzó en la abolición de la esclavitud, el respeto a la mujer y  otros derechos menospreciados por la Biblia Cristiana. Hoy es tiempo de continuar ese avance en pos de una sociedad más justa, respetuosa de la conciencia individual del hombre y su diversidad.

Eduardo Quiroz Salinas


http://www.latercera.com/noticia/opinion/correos-de-los-lectores/2013/12/896-557681-9-estado-laico.shtml
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miércoles, 11 de diciembre de 2013

Referencias Religiosas - Opinión en La Tercera

Señor director:

Respecto de la carta enviada por el Movimiento Unidos por la Vida y la Familia, publicada el domingo, en relación con la referencia religiosa en la Constitución, se hace necesario, en mi opinión, plantear al menos dos observaciones.

La comparación que se hace con la sociedad europea, que dicho sea de paso nos lleva mucho tiempo de adelanto en cuanto a civilización y leyes, es bastante tendenciosa. Cuando la describen como “laicista, relativista y atea”, ¿no es acaso extremadamente fácil hacerlo a la inversa y relacionar a la Iglesia con segregación y dogmatismo? “Dios con nosotros”, decía una insignia en las ropas de la policía nazi. Un poco más cerca, recordemos la frase de Medina: “La democracia no significa automáticamente que Dios quiera que sea puesta en práctica”. En resumen, las iglesias en general, y en particular la Católica en Occidente, no tienen derecho, en mi opinión, a introducir sus válidos preceptos y concepciones en la Carta Fundamental de un país. Expreso de paso mi opción de no incluir las violentas frases homofóbicas en el sitio web de dicho movimiento.

Lo segundo es un aporte estadístico. En Chile, desde 1960 los católicos no superan el 84% y en el último Censo 2012 alcanzan un 67,4%, yendo en descenso. Si bien, antojadizamente, el porcentaje que indica el movimiento es relativo al cristianismo, ahora agrupando a varias religiones, no se puede despreciar la tendencia a la baja del pueblo religioso ni la legítima incompatibilidad que existe entre esas mismas religiones.

El respeto por todos los credos, sin privilegiar ninguno, es lo más “humano y justo”, parafraseando al mismo movimiento en sus bases, y eso se consigue con una Constitución esencialmente laica.

Eduardo Quiroz Salinas


http://www.latercera.com/noticia/opinion/correos-de-los-lectores/2013/12/896-555690-9-referencias-religiosas.shtml Leer más...